En dos semanas se celebrarán en Bolivia elecciones generales. Se escogerá un nuevo Presidente y Vicepresidente, 130 diputados y 36 senadores por un periodo de cinco años que parte el 8 de noviembre. El sondeo de la empresa Ipsos Ciesmori, publicado el miércoles, le da
a Samuel Doria-Medina, de Unidad, un 21,5% de las preferencias (18,7% a mediados de julio); al ex Presidente Jorge Quiroga, de Libertad y Democracia, un 19,6% (18,1%); a Manfred Reyes-Villa, de APB- Súmate, un 8,3% (8,2%) y a Andrónico Rodríguez, de Alianza Popular, un 6,1% (11,8%). Los otros candidatos, reunidos, no suman un 11%. No obstante, los indecisos, o quienes votan blanco o nulo representan un 8,1%, 13,6% y 12,4%, respectivamente.
Es decir, tres candidatos de centro y centroderecha tienen las mejores posibilidades de pasar a una segunda vuelta, que se realizaría el 19 de octubre, pocas semanas antes del traspaso del poder. No obstante, en Bolivia dos semanas pueden ser mucho tiempo.
Somos países limítrofes y tenemos una relación complementaria en muchos aspectos, pero conocemos poco de esta campaña, crucial para nosotros. Por eso,aquí va una selección de temas que pueden incidir en Chile, sacados de los programas de los candidatos con mayores posibilidades.
Samuel Doria-Medina, exministro y empresario con vínculos en la Internacional Socialista encabeza los sondeos. No menciona el tema marítimo y propone:
- Una nueva política exterior que integre Bolivia al mundo lejos de alineamientos ideológicos, alianzas coyunturales, “defensora del derecho internacional” y basada en valores como democracia, paz y derechos humanos. Esto implica restablecer relaciones con
Estados Unidos; definir una vinculación con los BRICS, Venezuela y Cuba desde los principios mencionados, y rechazar la instrumentalización de los organismos internacionales.
- Que la política exterior esté orientada a superar la crisis
económica; promover la “transformación productiva” (desarrollo
tecnológico, digital y productivo, apoyo a emprendedores en su internacionalización) y consolidar una “revolución exportadora” (apertura sostenida de mercados, vínculos con economías emergentes, acuerdos comerciales).
- Cooperación con países vecinos para combatir el contrabando, el narcotráfico, la trata de personas y el deterioro ambiental a través de mecanismos eficaces y sostenibles. Esto incluye controles de exportación de madera boliviana certificada, por puertos
- El fortalecimiento de la Cancillería como órgano estratégico del Estado, dotándola de una instancia público-privada especializada en la promoción de exportaciones, atracción de inversiones y posicionamiento internacional de Bolivia. Esta Cancillería reorganizaría las misiones bolivianas con un enfoque turístico estratégico y establecería un sistema de e-visas para promover esa
- Institucionalización de la carrera diplomática, con mecanismos de ingreso y promoción basados en mérito; formación adecuada para contar con un cuerpo altamente capacitado.
- Desarrollo de medidas económicas liberales como reducción de impuestos, ajuste fiscal, eliminación de subsidios, liberalización del sector energético, modernización institucional, reforma judicial, transparencia.
- Mayor federalismo y descentralización del Estado, que facilitaría la constitución de ejes transversales regionales entre regiones del norte de Chile y departamentos bolivianos. A ello se agregan políticas de cooperación fronteriza hacia municipios descuidados por la capital y alianzas público-privadas para proyectos de infraestructura en regiones fronterizas donde el Estado no puede financiar o gestionar obras mayores.