Aurelio Núñez Morgado

Héroe diplomático: Aurelio Núñez Morgado
Trayectoria profesional y política
Nació en Santiago, Chile, el 30 de septiembre de 1885; hijo de Samuel Núñez Olaechea y Herminia Morgado.
Se casó con María Isabel Meyer Espíndola, matrimonio del que nacieron cinco hijos.
Estudió en el Liceo de Aplicación e Ingeniería en la Universidad de Chile; se tituló de ingeniero civil el 14 de agosto de 1911.
Comenzó a trabajar en 1907 como dibujante en el Ministerio de Obras Públicas, luego como ingeniero, y en 1912 llegó a ser ingeniero jefe de la Comisión de Puertos; tuvo a su cargo los puertos de Coquimbo y Huasco. También estuvo en comisión de servicio en Arica y Talcahuano; en Valparaíso estuvo a cargo de la Junta Local del Puerto.
En 1921 fue comisionado por el gobierno para estudiar la organización de la aplicación fiscal de los puertos de Buenos Aires, Rosario y Montevideo, con el fin de aplicar las experiencias en Valparaíso.
De regreso, llevó a cabo los estudios del camino plano que une Viña del Mar con Valparaíso, hoy Avenida España, la cual también construyó.
Además, fue ingeniero en la Dirección Fiscal del Puerto de Antofagasta y Superintendente del Salitre y Minas.
Fue militante del Partido Radical.
Fue electo senador por la Primera Agrupación Provincial “Tarapacá y Antofagasta”, período 1926-1934; fue senador reemplazante en la Comisión Permanente de Higiene y Asistencia Pública; e integró la Comisión Permanente de Trabajo y Previsión Social, y la de Obras Públicas y Vías de Comunicación, de la que fue su presidente.
El movimiento revolucionario que estalló el 4 de junio de 1932 decretó, el día 6, la disolución de este Congreso.
Reelecto senador por la misma agrupación provincial, período 1933-1937, integró la Comisión Permanente de Relaciones Exteriores.
En enero de 1935, el Senado aprobó su designación como embajador en España; y el 9 de mayo de ese año, el Tribunal Calificador proclamó electo en su reemplazo a don Fernando Alessandri Rodríguez.
Embajador en España y su labor durante la Guerra Civil
Durante su estadía en España, en plena Guerra Civil, impresionado con la persecución religiosa, social, ideológica y política, el 19 de abril de 1936 decidió abrir la Embajada de Chile en Madrid a los perseguidos que, en la capital de la República, eran partidarios de Franco.
Dado el lenguaje exaltado y violento de la España de entonces, las amenazas diarias y públicas, el desorden y los fusilamientos sumarios, decidió ofrecer asilo diplomático a los perseguidos.
Cabe recordar que eran personas que no pensaban como él, siendo del Partido Radical de centro izquierda. Las distancias ideológicas no fueron un obstáculo al momento de acoger a miles de españoles con otras convicciones y sensibilidades.
Joaquín Calvo-Sotelo, hermano de José Calvo-Sotelo —quien recibió el disparo mortal que precipitó la Guerra Civil— también buscó asilo político en la Embajada.
En 1955, ante la tumba del Embajador Aurelio Núñez en Santiago, le rindió un homenaje que concluía así:
“Querido Embajador: lo vi por primera vez, uno de los últimos días de enero de 1937, abrirme hidalgamente las puertas de su casa de la calle Prado, puerto seguro de salvación en aquel Madrid terrible. Le vi por última vez, despidiéndonos en su despacho, a cuantos iniciábamos el largo periplo que nos conduciría a este Chile dulce y entrañable, a través de una España martirizada y en llamas…”.
En Madrid, una calle lleva su nombre y una placa que lo recuerda en el número 26 de la calle Prado.
En Chile no hay ningún recuerdo de él.
También escribió un libro titulado “Los sucesos de España vistos por un diplomático”, que fue editado en España y Argentina, pero no en nuestro país.